El Puerto
Puerto de Refugio, puerto de la Isleta,
donde hallan cobijo todas las naciones
y tiñen el cielo, como una paleta,
todos los colores de sus pabellones.
Suenan en las calles múltiples acentos
que truenan los aires con su algarabía,
y se mezclan risas a los juramentos
que, borracha, lanza la marinería.
Junto a los navíos de gran tonelaje
que en el dique grande vuelcan su pasaje,
avanza un velero con andar cansino...
El muelle parece sobre el Océano
el índice recto de enérgica mano
que, implacablemente, señala al destino.
@Juan Millares Carló

Su función en la antigüedad cuando lo levantaron era la de servir de defensa ante los ataques de los piratas, de tal modo que si éstos llegaban, la pasarela era levantada.
Ha sido restaurado en varias ocasiones. Su ubicación es única, puesto que se encuentra en un islote, junto al Castillo, en el paseo marítimo.

Es complicado el aparcar por aquí, al ser el centro y estar muy cerca la policía local y el Ayuntamiento, pues hay zonas específicas para ellos. Así que como solución, hay un descampado que han habilitado para aparcar, pagando 1 €. O el parking que tiene el supermercado que hay en la calle real, o probar suerte por las calles traseras al Ayuntamiento.

Para entrar al Castillo se puede hacer desde este puente Las Bolas o desde otro camino de piedra igualmente, que se encuentra paralelo a éste. De igual modo es un paseo que merece la pena, pues es muy bonito

Su construcción consiste en un puente levadizo de piedra en su mayor parte y algo de madera.
El paseo por el lugar es bastante agradable hasta el castillo .
Esta zona es ideal para pasear por la noche ya que el castillo se encuentra iluminado y la brisa del mar hacen de este un lugar agradable.
Bajo esas bolas hay dos puentes por los que pasan las barquitas para protegerse del oleaje.
Es una delicia observar la caricia de esas estelas que dejan las barcas al transpasar el puente de Las Bolas por debajo.
Este Puente de las Bolas (obra única de este tipo en Canarias) esta integrado por dos pilares preisabelinos que acaban con remate cuadrangular sobre los cuales descansan dos bolas. El camino empedrado recorría 175 metros, sin almenas, pero con tres cañoneras a la mitad del tramo entre el islote del Castillo de San Gabriel y el Muelle de Herrera.

Sobre el baluarte del oeste construyó esta bellísima espadaña, réplica del preisabelino empleado en los remates de este enclave tan especial y querido en Arrecife que es este Puente de las Bolas.
El puente ha sido restaurado en numerosas ocasiones para conservarlo en perfectas condiciones, en verano sobre todo acuden hasta el muchos jóvenes para disfrutar de la adrenalina provocada por unos saltos desde la parte mas alta del puente hasta abajo, lo cual ha provocado que se halla deteriorado considerablemente.
En uno de los pilares del puente hay una placa escrita en Romano antiguo que daba la bienvenida a los comerciante y conquistadores. Para visitar el puente no es necesario pagar ningún tipo de entrada, y es muy tradicional hacerse una foto desde lejos con las manos abiertas, la cual produce un efecto en el que parece que estas realmente aguantando el puente.
Si visitamos el puente por la mañana, es posible que veamos a numerosos pescadores con sus cañas intentado coger algún tipo de pescado, ya que esta zona es propicia para este tipo de practica
Recomendable la visita.
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