Los antiguos aborígenes la llamaban San Bartolomé está situado en la parte centro de la Isla y se conocía, por los antiguos habitantes, con el nombre Ajei que significa "pequeña aldea".
El asentamiento de la población en este lugar se debe al retroceso del pueblo que intentaba huir de las zonas costeras, durante la época de los ataques piratas, hacia zonas del interior, en busca de un lugar más seguro para refugiarse y protegerse.
Las fiestas más importantes son: la del propio municipio, fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto y las fiestas de Playa Honda, al final del verano para despedir el estío.
Las fiestas navideñas son muy interesantes debido a su folklore, además de la representación en escena del nacimiento de Cristo y de los villancicos que han sufrido la adaptaciones a la música canaria -isas y folías-.
El Museo Etnográfico Tanit era una antigua casa del siglo XVIII que se fundó como museo el 18 de febrero del año 2.000. El museo consta de una sala de exposición, huerta, antiguo lagar de viga, capilla, tienda de artesanía, cafetería con terraza y pista para bailes típicos.
La Casa de la Cultura Ajei es una antigua y señorial casa del siglo XVIII, donde podrás ver todos los útiles y materiales de campesinos que antiguamente utilizaban los agricultores canarios.
La Iglesia de San Bartolomé fue fundada en el año 1.787 por D. Cayetano Guerra y construida en el año 1.789. En el interior podemos apreciar su belleza arquitectónica, un retablo del siglo XVIII y las tallas de San Andrés.
El Monumento del Campesino situado en Mozaga, es la representación más típica y fiel de la arquitectura popular rural. Cabe destacar la escultura de la Fecundidad que representa a un campesino con su rebaño, y fue construida por Jesús Soto, a partir de un diseño de César Manrique. La casa tiene un museo, bar, restaurante, tienda, talleres y museo de artesanía, bienes y enseres utilizado por los antepasados.En 1925 la prensa local arma un jaleo para protestar en contra del alcalde de San Bartolomé, José Cabrera Torres, que había encerrado a unos detenidos en un cuarto mortuorio, sin más compañía que algún ataúd.
El gobierno prohibió tal trato al enterarse de la noticia. Ilustre fue el alcalde-cura don Victor San Martín hecho alcalde en 1931. Don Victor fue un pobre cabal y por cumplir con vacación ni calcetines tenía. Don Victor tuvo cordiales contactos con don Miguel de Unamuno a quien trató en Fuerteventura.
Triste historia de San Bartolomé fue la que protagonizó el Turco” que estaba buscando quitarle la virginidad a una moza sonrosada, y a la que regalaba telitas y pulseras de perra gorda. A esto se oponía el viejo Rocío el cual perdió la cabeza de un limpio hachazo propinado por “el Turco”. Para cogerlo al darse a la fuga se formó una línea de 70 hombres que se desplegaron, de dos en dos, isla a través, hacia el sur.
El “turno” fue encontrado por Papagayo buscando barco para ir a Fuerteventura. Al ser encontrado confeso todo. En 
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