Montaña colorada

El modelo de desarrollo turístico seguido en Lanzarote posee notas singulares que la hacen merecedora de reconocimiento internacional, ya que no pone en peligro ni su patrimonio natural ni el cultural.

Los aborígenes llamaron a la isla "Tite-roy-gatra" o Montaña Colorada; los romanos "Purpuria" por la abundancia de la orchilla, pero su nombre actual, Lanzarote, se debe al redescubrimiento realizado por el caballero genovés Lancelotto Maloccelo después de que el Archipiélago superase el olvido al que estuvo sometido tras la época clásica.

Ese vocablo aborigen Titerogakaet parece que fue el empleado primera vez por los primeros pobladores, emparentado con el tuareg tetergaget, "la que está quemada", o bien con los vocablos titerok y akaet, que significarían "Montaña Colorada".

Del mismo modo, la toponimia insular está plagada de voces de origen indígena, como Yaiza, Tinajo, Teguise, Timanfaya o Guatiza, que comparten protagonismo con lugares de nombre hispánico como San Bartolomé o Puerto del Carmen.

Situada a unos 115 kilómetros de las costas africanas, Lanzarote se encuentra ubicada en las zonas templadas del Trópico de Cáncer y protegida por los influyentes efectos climatológicos que resultan del choque de las temperaturas saharianas y la corriente del Golfo de Méjico.

… la proclamación por la Unesco de Reserva Mundial de la Biosfera en 1993, esta isla llana y volcánica, de escasa vegetación y hecha de campos de lava es uno de los siete argumentos para viajar a este Archipiélago.

 

 Sus municipios, Arrecife, capital de la isla, Haría, San Bartolomé, Teguise, Tías, Tinajo y Yaiza, y el Archipiélago Chinijo que conforman los islotes de La Graciosa, Montaña Clara y Alegranza, el Roque del Este y el Roque del Oeste, muestran entre sus tierras rojas (montaña colorada, como las llamaban a estas islas sus primitivos pobladores) la magnificencia de la naturaleza con esta isla de fuego y de belleza sin igual

El modelo de desarrollo turístico seguido en Lanzarote posee notas singulares que lo hacen merecedor del reconocimiento internacional, ya que no pone en peligro ni su patrimonio natural ni el cultural.

De ahí que el sector servicios, y especialmente las actividades ligadas al turismo, domine la economía de Lanzarote. Esta infraestructura, lejos de convertirse en un apéndice se ha integrado con la identidad de su origen marinero. Pequeñas construcciones que recogen el testimonio de la tierra para disfrutar de una atmósfera especial.

En esta isla, los viajes de incentivos y congresos se han convertido en uno de los más atractivos segmentos de la demanda turística. Además ofrece una excelente oferta turística complementaria en la que destaca la red de Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote.

La bonanza climática y su alto valor paisajístico han hecho de la isla de los Volcanes una zona de atracción turística para los habitantes de la Unión Europea. La baja estacionalidad y la buena tasa de ocupación media le colocan en una cierta posición de cierta diferencialidad respecto a otras zonas turísticas.

Recibe anualmente más de un millón y medio de turistas procedentes en su mayoría de Gran Bretaña, Alemania y, en menor medida, del resto del territorio español que ocupan la oferta alojativa de la Isla, compuesta de más de 53.000 plazas localizadas mayoritariamente en los núcleos turísticos de Puerto del Carmen, Costa Teguise y Playa Blanca.

 

 La gran capacidad de sus habitantes para adaptarse a un medio árido ha dado como resultado curiosos sistemas de plantación en la zona de La Geria que han traspasado las fronteras nacionales como una de las imágenes más originales del mundo y que han servido de plató en la película de Mararía de Antonio Betancort.

Suelos de lava difíciles de cultivar, falta de agua y un enorme trabajo para lograr sus variedades Malvasía, Listan Blanco, Negra Común y Diego -éste último ocupa el 90% del cultivo -. Moscatel, Burra Blanca, Breval y Pedro Ximénez (10% del cultivo) han dado lugar a vinos originales amparados hoy por la denominación de origen La Geria-Lanzarote.

Esto y muchísimo más es esta tierra llamada “montaña colorada” que no ha dejado su color y su magia en ningún momento. El que viene repite y no deja de marcar sus huellas con preciosos recuerdos, coloreando también su corazón...