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La "cochinilla"


El cultivo de la cochinilla, del que Canarias fue un gran exportador durante la segunda mitad del siglo XIX, ha quedado reducido en la actualidad a los pueblos lanzaroteños de Guatiza y Mala. Aquí forma parte singular del paisaje, pero su producción languidece y su cultura camina a la extinción

La cochinilla (coccus cacti) es un insecto parásito que se desarrolla en las pencas (chumberas). Se trata de una plaga beneficiosa, pues de ella se extrae un preciado colorante natural, el ácido carmínico.

El cultivo de la cochinilla supone en la isla una extensión de más de 200 hectáreas situadas en los pueblos de Guatiza y Mala.

El clima de Lanzarote es ideal para el desarrollo de cochinilla, obteniendose un colorante de gran calidad. Sin embargo su precio tiene que competir con los países sudamericanos.

Las aplicaciones de este producto son muy variadas: En la industria alimentaria se emplea para potenciar el colorido de vegetales, por ejemplo en conservas o en zumos de tomate. Es el colorante de embutidos (chorizo principalmente), de bebidas como el italiano “Campari”, de helados y postres. Al estar destinados para el consumo humano la Comunidad Económica Europea quiere extender el uso de aditivos naturales como la cochinilla.

La "cochinilla" ha sido para nuestra gente, en las localidades de Mala y Guatiza, un medio de subsistencia que con el paso del tiempo ha venido a menos debido a diversos factores, lo que ha ocasionado el abandono del cultivo de la cochinilla en Lanzarote, concretamente en las localidades antes indicadas, que en su conjunto forman una unidad paisajística de características especiales, la cual podemos calificar de única, actualmente en deterioro progresivo por el abandono paulatino del mismo, con las implicaciones que conlleva para el entorno y el propio medioambiente.

A través de este proyecto bajo el asesoramiento pedagógico del PROYECTO ATLÁNTIDA se ha pretendido ofrecer una alternativa que va más allá del simple cultivo de la cochinilla, vamos, por un lado a intentar frenar el deterioro medioambiental actual, haciendo uso de los recursos disponibles, así como elaborar productos con esta inigualable materia prima, usada en campos tan diferentes como la alimentación, cosmética o farmacia.

  
Actualmente se han logrado avances en cuanto la elaboración de tintes dentro de una amplia gama de tonos y colores, lo cual nos ha llevado a presentar una primera colección de vestidos, tanto de hombre como de mujer, así como de otros complementos, zapatos, bolsos, etc.

En cuanto a los avances relacionados con la investigación sobre cosmética van un poco más lento, dado que dar estabilidad a los productos finales requiere de un estudio bastante amplio, entiéndase que estamos hablando siempre de utilizar productos de origen natural, lo cual requiere de unas técnicas muy depuradas para obtener un producto final estable y duradero.

La tinta, en la hembra


La cochinilla (Dactilopius cocu) la larva de este insecto homóptero se clava en la tunera y se hace adulta y muere donde se ha clavado. La hembra almacena el tinte en su corteza y el macho, mucho más diminuto, es alado. Conviven con un depredador (coccinélido negro) que se come sus larvas.

Bajo un polvillo blanco
El tinte de mayor calidad es el de la cochinilla que ha desovado mucho, que sólo tiene corteza y tinta. Ésa es la que se recoge, operación que se realiza con mucho cuidado buscando entre la secreción sedosa (parece polvo blanco) que producen como defensa contra los medios atmosféricos.


Cuchara, milana y tablero
Para recogerlas de la pala de la tunera se emplea una cuchara, con la que se escogen las de mayor tamaño y se depositan en un recipiente (milana) hasta que se va llenando y vaciando en un balde. Después se vierten en un tablero donde los insectos mueren por choque al removerlo y se secan.

La recría en saquitos
De la cochinilla adulta recolectada, una parte se destina a recría: la que se ve que está viva y con sus crías caminando se introduce en unos sacos a razón de 50 gramos por saquito, se atan bien y se llevan a la plantación de tuneras (con capa de estiércol sobre la tierra y enarenado de picón grueso).

Sobre palas de un año
Los saquitos se reparten por todo el cultivo, colocándolos simplemente sobre palas del primer año que estén en condiciones de soportar el cultivo del insecto y de ahí se van mudando. Esto se hace a la salida del invierno, ya en marzo, para obtener de tres a cuatro cosechas durante el verano.

En sacos de cañamazo
Dos semanas después de haberse puesto a secar en el tablero se escoge bien la cochinilla: se quitan los picos que pueda haber y algún grano de picón (lapilli) que se haya mezclado, se criba, se le quita el polvo y se guarda en sacos de cañamazo para que tengan entrada de aire y no pudra

1 comentario:

Cazorla dijo...

Estimado Sr. Alfaro:

Soy el autor de algunas de las imágenes que recoge en su artículo sobre la Cochinilla de Lanzarote y socio fundador de la Asociación Milana (www.tinamala.com) donde desarrollamos desde el año 2005 el proyecto que usted detalla en su artículo.

Por una parte debo agradecer la divulgación que hace de este producto agrario de la isla de Lanzarote, pero me gustaría matizar un par de cuestiones:
1. Nos gustaría que en este artículo se incluyera un enlace a la web de la Asociación Milana (www.tinamala.com).
2. Con respecto a las imágenes mostradas considero que sería apropiado citar el autor, por si sus lectores necesitan más información al respecto.

3. Nos gustaría contar con su presencia en las instalaciones del Aula Educativa, Social y Agrícola de la Cochinilla de Lanzarote abierta desde septiembre de 2009 en el pueblo de Mala, para explicarle mejor nuestro proyecto sin ánimo de lucro.

Saludos desde Lanzarote.

Juan Cazorla
http://desarrollorurallanzarote.wordpress.com/