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* Janubio,... sol y sal



Atlántico

Océano que te abres lo mismo que una mano
A todos los viajeros y a todos los marinos:

Tan sólo para mí eres puño cerrado,
Para mí solamente tú no tienes caminos.

Jamás balanceará tu lomo milenario
La nave que me lleve desde esta tierra mía,
Ondulada y menuda, a las tierras que sueña
Mi juventud inmóvil y mi melancolía.

¡Ah! océano Atlántico multicolor y ancho
Cual un cielo caído entre el hueco de un mar:
Te miro como un fruto que no he de morder nunca
O como un campo rico que nunca he de espigar.

¡Ah! océano Atlántico, fiel leopardo que lames
Mis dos pies que encadenan el amor y la vida:
Haz que un día se sacien sobre tu flanco elástico
Esta ansiedad constante y este afán de partida.

Juana de Ibarbourou


Los antecedentes históricos a las salinas actuales se pueden remontar a la existencia de un campo erial en el que se cultivaban especias como el trigo, centeno, maíz y cebada.

Este dato es poco conocido, puesto que Janubio empieza a configurarse como salinas en 1895.


La creación de Las Salinas de Janubio se inicia en el año 1895 con D. Vicente Lleó Benlliure, el cuál cede el testigo a su sobrino D. Jaime Lleó Mira, el cual colabora con la familia Cerdeña y Don Ginés Díaz quienes continuaron el desarrollo hasta concluirla a mediados del año 1945.

En la actualidad, la familia Padrón Lleó explota la actividad salinera interrumpidamente, labor que realizan desde hace más de 50 años, no dejando nunca de trabajar y desarrollar la actividad económica.




A causa del declive de la pesca, la competencia con el hielo y la sal exterior, la producción ha disminuido unas 2000 toneladas a diferencia de la producción a pleno rendimiento que era de 10000 toneladas por año.

   Actualmente, el sector pesquero es el que nutre toda la producción salinera y hasta hace poco, las factorías y los barcos artesanales del resto de Canarias.

Las Salinas de Janubio siempre han estado ligadas a la pesca y a la industria del salazón y conservas de pescado.


Otro sector al que se dedican es la conservación en salmuera, destinada a la conservación del pescado a bordo de los barcos hasta su llegada a puerto.

Utilizada también por la flota pesquera artesanal insular y la flota atunera del País Vasco. Hoy en día se comercializa también para el mercado interior de la Isla
Tratándose de un producto natural y ecológico, el mar y el sol son los elementos básicos necesarios para producir la sal, sin olvidar al auténtico protagonista de esta salina tradicional: la mano de obra de hombres y mujeres, salineros y salineras o, como son conocidos en Europa, salicultores.


La sal marina se recoge en tiempos soleados, la zafra es de abril a octubre, dependiendo de la climatología. La época invernal se aprovecha para trabajos de limpieza y mantenimiento de tajos, cocederos o salinas.

Antiguamente eran los molinos de viento los encargados de extraer el agua del charco, unos 5º, y éste era canalizado hasta los cocederos, alcanzando una graduación de unos 15º aproximadamente. Este agua pasa a los tajos y se deja cristalizar a unos 25º. Seguidamente se produce la sal y se recoge con el rastrillo y se pone sobre el talud con ayuda de la pala. Estas herramientas son fundamentales para la recolección y amontonamiento. Este trabajo es totalmente artesanal a diferencia de la sal de mina, que tiene otros métodos extractivos.




En la actualidad lo único que ha cambiado son las bombas o motores que elevan el agua al caño general, sustituyendo a los molinos, que permanecen dejando huella de su reciente pasado.

El resultado es una sal natural, ecológica, sin conservantes ni aditivos. Ésta es la sal de Janubio, 100% marina, sal marina del Atlántico, con las mejores propiedades y de gran calidad. La sal se envasa en bolsas de 1 kilo y de 20 kilos.
Valores patrimoniales, arquitectónicos, culturales, etnográficos, paisajísticos o medioambientales constituyen los principales atractivos de esta actividad tradicional salinera, industria centenaria y de las más antiguas de la isla.

Su valor paisajístico radica en la continua puesta en producción y posterior comercialización de la sal con métodos artesanales no admitiendo, a diferencia de otras industrias, la mecanización.
Su valor etnográfico está en que la gran mayoría de la mano de obra empleada en esta industria ocasionó que se fundaran alrededor de Janubio poblaciones como La Hoya o Las Breñas. Es muy difícil encontrar en cualquier familia del municipio de Yaiza personas que no estuvieran vinculadas con las Salinas. El esfuerzo, el talante, el esmero y la laboriosidad que ha tenido siempre Janubio de todos los hombres y mujeres de Yaiza y del resto de los municipios ha sido sin duda su mayor capital.
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“Siempre me ha impresionado la visión de una salina.
Las de Lanzarote me han llamado la atención por su lineal belleza y por su cegador colorido...
Toda la planta se enmarca en las coordenadas compositivas de Mondrian”
C. Manrique. Prólogo de El Jardín de la Sal


2 comentarios:

Jose Sanchis dijo...

Soy hijo de un Salinero Valenciano, que hizo por primera vez Sal en las Salinas de Calpe, aprendí este antiguo oficio los años 87 y 88, soy un enamorado de este anyiguo arte y sus fotos y comentarios me reviven un pasado que me evoca hasta los aromas del agua de mar estancada, felicidades por su blog. le dejo el mio salicultura.blogspot.com
Un cordial saludo.

Luca M. dijo...

Soy Italiano pero vivo en esta estupenda isla...LANZAROTE! blog muy bien hecho!