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* Costa Papagayo,... costa y sueño


Lanzarote

Yo soy de donde nace el sol, donde el fuego de la tierra calienta campos y vides
y ni siquiera las estrellas ven brillar nada mas alto que esta quemada tierra.

Yo soy de donde vuelve el mar envidioso a mis arenas es el marco mas hermoso,
su oleaje y su bravura azotando vigoroso negras rocas contra espuma.

Yo soy de donde nace el azul, donde el cielo no despega su cúpula de cristal eterna,
sus azules mantos rozan desde el lejano horizonte, blancas casas y ocre tierra.

Yo soy de donde el hombre lucha arrancándole a la tierra verdes frutos,
con sudores gran esfuerzo y recompensa, que hasta el cielo agradecido bendice tanta inocencia.

Yo soy de donde nace el viento, sopla y sopla dando vueltas con la fuerza del gran César
pero con temple y prudencia, peina juegos y arenaos recordando su presencia.

Yo soy de donde el alma es noble, ni las gentes se atarean, la vida pasa lentamente
y hasta el tiempo saborea el dulce aroma de un momento paseando sus veredas.

Yo soy de aquella tierra la de los brazos abiertos donde siempre se regresa,
no hay remedio cuando llegas, no eres otro, eres presa, Lanzarote no te suelta.

@Keko Menta (poema rescatado de mundopoesía.com)

Papagayo no es sino una prolongación de los singulares parques nacionales que esconden las Canarias. La Cueva de los Verdes, los Jameos del Agua o el Mirador del Río son lugares emblemáticos de Lanzarote que en modo alguno prefiguran uno de los reductos playeros más extraordinarios de la costa española. En el extremo suroriental de Lanzarote, entre Playa Blanca y la Punta de Papagayo, se alternan segmentos de arena blanca, finísima, con roquedos basálticos apoyados en una plataforma marina que le otorga ese color azul y esa transparencia en las aguas que tanta notoriedad ha conferido al área geológica más antigua del archipiélago.

Bajo la denominación de Papagayo se conocen siete kilómetros de abanicos de arena que durante la bajamar se funden en uno continuo y espectacular que, a primera vista, más parecería corresponder a Fuerteventura, la isla canaria playera por antonomasia. Además, en este paraje, al abrigo de los vientos alisios del noroeste, no se forma el mar de nubes que, por condensación, castiga las islas occidentales; al contrario, domina el clima árido y desértico africano. Y es que el sol sahariano parece haber chamuscado a conciencia la fachada litoral del monumento natural de Los Ajaches.

La playa Mujeres es la extensión de arena más dilatada, la más familiar y concurrida por su fácil accesibilidad a través de campos de ceniza y lava; la que recibe actualmente más público naturista en tanto finalicen las obras de investigación arqueológica desarrolladas en la contigua de los Pozos. Como en el resto de los contornos, ni un hotel o urbanización la vista, tan sólo las embarcaciones de recreo habituales y el perfil del islote de Lobos; más allá, las casas de Playa Blanca y el estrecho de la Bocayna que separa Lanzarote de Fuerteventura.

playa de los Pozos su principal referente: en el año 2002 se celebrará el VI centenario del desembarco en este punto de la primera expedición que se propuso conquistar Canarias para la Corona de Castilla. La flota franconormanda capitaneada por Jean de Bethencourt erigió el primer asentamiento europeo, llamado de San Marcial del Rubicón, en honor al patrón de la diócesis de Canarias. A la entrada del barranco, y a escasos metros de la orilla, sorprenden los pozos de agua dulce, una joya valiosísima dada la escasa pluviometría imperante.

Quien guste de la belleza en estado puro quedará embelesado ante la genuina caleta de Papagayo. Acostada en la punta rocosa que le presta su nombre y la flanquea, resulta, sin duda, la más fotogénica y aplacerada, y sirvió hasta mediados del siglo XX de fondeadero natural del Sur de Lanzarote; de hecho, todavía conserva la traza de diversas viviendas junto al cantil, que hay que descender lentamente. La caleta del Congrio, larga y angosta como el pez teleósteo, más expuesta al mar de fondo, es testigo de los amaneceres y resulta la más íntima para los amantes del baño sin tapujos.

El único inconveniente estriba durante las horas de pleamar, momento en que se reduce sensiblemente la zona de baño. La última playa, la antaño tranquila Puerto Muelas, ha sido afectada por la moderna zona de acampada, dotada con paneles solares y desaladora. Antes de que la ecotasa se pusiera sobre el tapete en las Baleares, el Ayuntamiento de Yaiza ya había puesto en marcha similares medidas en la costa de Papagayo —de manera indirecta, eso sí —estableciendo el pago de un peaje de 500 pesetas por vehículo, destinado a proteger y cuidar un entorno que se barrunta frágil, incapaz a menudo de dar cabida a tantos visitantes.


Al sur de Timanfaya y la Geria hay un Lanzarote no por desconocido menos interesante. Los senderistas encontrarán rutas señalizadas a través del reseco monumento natural de Los Ajaches. En Femés, uno de los pueblos más antiguos de Lanzarote, se ubica la iglesia y talla del patrón de Lanzarote, San Marcial del Rubicón. Más hacia el Sur se hallan Maciot y el castillo de las Coloradas (1746),en saludable estado de conservación. Pero es la costa suroccidental la guardiana de enclaves tan llamativos como Los Hervideros, donde la erosión producida por el oleaje ha labrado en el acantilado volcánico formas de áspera morfología.

O El Golfo, enclave multicolor producto de la estratificación geológica, en el que se dan cita un semicráter y el Lago Verde, maravilla que nadie debiera perderse, cuyas algas son responsables de su característico tono verde pantano. De sus aguas surgió una turgente Raquel Welch en la película Hace un millón de años (1966).Muy cerca, en el pueblo pesquero de El Golfo, se sirven frente al mar suculentas parrilladas de pescado. Desde las salinas del Janubio, en proceso de restauración, se disfruta de uno de los atardeceres más llamativos, lo mismo que desde las alturas de Femés. Junto a los estanques se pueden visitar los cocederos y la pequeña fábrica de sal. Este itinerario por el Lanzarote sureño finaliza en el moderno paseo marítimo de Puerto Calero, repleto de anticuarios, galerías de arte y restarantes.

artículo rescatado de una publicación de " dionidlb @ "


1 comentario:

Unknown dijo...

Puedes encontrar ese y otros muchos poemas mios en kekomenta.blogspot.com
Saludos