* Timanfaya,... luna y fuego


El Camellero

AL BAILAR EL TAJARASTE
ESCAPAR DEJÉ UN SUSPIRO,
y es porque me miras,
y es porque te miro.
QUE EL VOLCÁN ESTÁ APAGADO
PERO DENTRO LLEVA FUEGO;
NO ME LLAMES FRÍO,
YA VERÁS TU LUEGO.

CAMELLERO, CAMELLERO,
LLÉVAME A LA ROMERÍA
PORQUE MI PALMERA
VA A CANTAR FOLÍAS.

Llévame, por Dios, y ligero,
que si canta y no la veo
MUERO DE PESAR.

¡APRISA, QUE UN LUCERO
COMIENZA A DESPERTAR!

Por el amor de una canaria
vivo yo penando,
POR EL AMOR DE UNA CANARIA
VIVO YO SOÑANDO.

HE DE LOGRAR SU AMOR
Y BAILAR UN TANGO HERREÑO,
PORQUE SOY GUANCHE
Y SIEMPRE SALGO CON MI EMPEÑO.

MENUDO Y AGUDITO
TU BAILE ES;
SI QUIERES QUE TE QUIERA
TE HAS DE MOVER.

@Alonso / Glez. del Castillo / Muñoz Román

Paisaje volcánico por excelencia, donde se mezclan formas abruptas de lava, con zonas de montañas suaves de arena. Paisaje de mucha luz y sol, donde e l color juega un papel predominante y que va cambiando a lo largo del dia. Destacan e l rojo, negro,azul y verde con todas sus combinaciones intermedias.

Esta comarca es Parque Insular, y en ella se encuentra diversos puntos de interés especifico como son el Janubio, una laguna interior convertida en salinas.

La costa de los Hervideros, donde aflora el sustrato Basáltico batido por el mar. Ell Golfo que es otra laguna interior provocada por un cráter; y dentro de las propias montañas del fuego, e l Islote de Hilario y otros. E l horizonte cambia muy rápidamente haciéndose cercano y de lejanía según la posición y e l recorrido
A este entorno de Las Montañas del Fuego se le denomina actualmente parque Nacional de Timanfaya. Este paisaje lunar en el cual al viajar por su interior (en la guagua) puedes oir el siguiente relato:

 "La isla de Lanzarote, de 805 Kms. cuadrados de superficie, es de origen volcanico, producto del magma eyectado por infinidad de bocas de emision, de las que aun pueden verse sobre su suelo mas de cien en forma de conos o montañas provistas de crater.

La zona que ahora visitamos, cuyo nucleo orografico principal son las Montañas del Fuego, ocupa la zona centro-occidental de la isla, cubriendo los materiales eruptivos una superficie de unos 200 Kms. cuadrados.


Surgieron estas masas de lava, escorias y cenizas por fantasticos crateres que se iniciaron en la Vega de Timanfaya.

En total el numero de conos volcanicos principales que han quedado como dramatico testimonio de este inimaginable acontecimiento se aproxima a la treintena.

Esta espectacular erupcion, acaecida en Lanzarote en el siglo XVIII, ha sido una de las mas importantes de cuantas se han registrado en el vulcanismo mundial en tiempos historicos, no solo por la enorme cantidad de materiales arrojados sino tambien por su larga duracion, pues comenzo en Septiembre de 1730 y concluyo, segun las fuentes documentales del Cura de Yaiza, el 16 de Abril de 1736.

Este testigo presencial de la catastrofe, D. Andres Lorenzo Curbelo, dice asi en su relato manuscrito:

El dia primero de Septiembre de 1730, entre nueve y diez de la noche, la tierra se abrio de pronto cerca de Timanfaya, a dos leguas de Yaiza.

En la primera noche una enorme montaña se elevo del seno de la tierra y del apice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diecinueve dias.

Este fue el espectacular comienzo de unas erupciones que luego continuaran, con algunos intervalos de reposo, durante un periodo de mas de cinco años y medio.

Desde el mirador natural de Montaña Rajada, situada a 350 mts. de altura, podemos contemplar una de las zonas mas impresionantes de este lugar: un inmenso mar de lava que ocupa la mayor parte del Parque Nacional de Timanfaya y se extiende hasta el mar.


En este mar de lavas se elevan algunos conos volcanicos coronados por dantescos crateres y atravesado por largas y profundas oquedades originados por el desplome de los techos de los tuneles volcanicos formados en el interior del mar de lavas.

El material surgido de los crateres y de las grietas eruptivas relleno las depresiones y nivelo sensiblemente las desigualdades del terreno.

El magma incandescente, al contacto con el mar, levanto formidables columnas de vapor de agua y se adentro en el aumentando posiblemente la superficie de la isla.

En el historico manuscrito del cura de yaiza leemos el siguiente relato: El 18 de Octubre tres nuevas aberturas se formaron encima de Santa Catalina, y de sus orificios se escapaban masas de humo espeso que se extienden por toda la isla, acompañado de una gran cantidad de escorias, arenas y cenizas que se reparten por todo alrededor. Las explosiones que acompañaron a estos fenomenos, la oscuridad producida por la masa de cenizas y el humo que recubre la isla, forzaron mas de una vez a los habitantes de Yaiza a tomar la huida.

Buena parte de la gran extension que hoy ocupa este inmenso mar de lava fue antes de la erupcion uno de los territorios mas fertiles de la isla, constituido por viejas llanuras arcillosas que sustentaban campos de cereales.
Toda la comarca estaba poblada de lugares y caserios de muy poco vecindario, siendo de unas 420 el total de casas que fueron destruidas.

 Los mas importantes de estos nucleos de poblacion fueron las aldeas de Timanfaya, Los Rodeos, Mancha Blanca, Santa Catalina, Mazo, Jarretas, Tingafa, Peña Palomas, Testeina, La Geria, Macintafe, Mozaga, Guagaro, Masdache e Iguaden, a los que habria que sumar los cortijos de Maretas, Chupaderos y la capilla de San Juan Bautista cuando menos.


Los Volcanes que forman el Parque de Timanfaya proyectaron, en las fases de mayor actividad, enormes columnas de cenizas, llamadas piroclastos, que transportadas por el viento, inundaron extensas superficies y han cubierto las laderas y crateres de muchas montañas antiguas. De estas copiosas lluvias de piroclastos es un buen exponente el lugar que recibe el grafico nombre de Valle de la Tranquilidad.


El nucleo principal de la erupcion fue el macizo del Fuego, siendo su cima mas alta de 510 mts. de altura sobre el nivel del mar.

Como accidentes interesantes de las lavas conviene citar los pequeños volcanes parasitos que se forman al pie de un cono central mayor, asi como los hornitos, nombre aplicado en la terminologia vulcanologica mundial a unos diminutos volcanes producto, generalmente, de violentos escapes de gas aprisionado en las coladas incandescentes.

Uno de los grupos mas interesantes es el que se encuentra en las proximidades de la Montaña de Timanfaya, la mas elevada de este macizo, por su lado de naciente.

Cerca de ellos se asienta el imponente volcan del Corazoncillo, de sus bordes parten escarpadas paredes interiores hasta el fondo de la caldera, situado a mayor profuncidad que el suelo exterior.

Las ultimas erupciones acaecidas en Lanzarote, tuvieron lugar en el año 1824 y estuvieron precedidas, por un largo periodo preparatorio de varios años, durante los cuales se registraron en la isla numerosos terremotos de mediana intensidad.

Se caracterizo principalmente esta erupcion por la gran fluidez de las lavas y por las elevadas columnas de agua salada hirviente que salieron del Volcan de Tinguaton.

La soledad y quietud de estas caoticas montañas, imponentes crateres y profundas calderas, es absoluta.

Un curioso complemento a tan impresionante paraje lo constituye los numerosos liquenes de variadas especies y colores que tapizan gran parte de las rocas y piedras escoriaceas, siendo por contra escasos, en un suelo tan virgen, los ejemplares de plantas superiores, entre las cuales son dignas de mencion, los juncos, paradojicamente plantas que, como es sabido, suelen requerir para medrar terrenos con un alto indice de humedad.

Y como final de este alucinante recorrido llegamos de nuevo al Islote de Hilario, lugar que presenta como caracteristica mas sobresaliente la energia geotermica presente que se manifiesta por elevadas temperaturas a escasos centimetros en su interior, la cual sobrepasa los 600ºC. a 10 m. de profundidad. Toma su nombre este monticulo de aquel Hilario Lanzaroteño que solia visitarlo para hacer acopio de hojas de unas higueras que crecian a su pie con las que alimentaba a su camella.


En el año 1974 esta zona fue declarada Parque Nacional. Sus peculiares caracteristicas vulcanologicas y la extraordinaria belleza de su paisaje hicieron posible tal denominacion."

Mencion hay que hacer a un documento del 17 de octubre de 1730 del Cabildo de Lanzarote hacia el Presidente y Oidores de la Real Autoridad del Rey, informando de lo sucedido.

"Muy Itres. Señores. Con sobrados sentimientos de afliccion y desconsuelo participa este Cabildo a V.S. como habiendo reventado un volcan la noche del dia primero del pasado, echando fuego diez y nueve dias en que dejo quemadas casas, aljibes, maretas, fabricas, pajeros, tierras labradias y montuosas de los lugares de Chimanfaya, Rodeo, Mancha Blanca, la grande parte de las Jaxetas, buen lugar de Santa Catalina con su iglesia (sepultada) entuyendo ademas con las arenas el lugar de Peña Palomas, el sitio de las Jaxetas y la mayor parte de la Geria alta, causando en todo el mismo daño que hizo el fuego.

De presente ha reventado otro volcan en diez del corriente, a las cinco de la tarde con poca diferencia e distancia de tres y cuatro leguas se siente la incomodidad que obra en la isla y el daño que hace en los tejados y tierras, pues se sabe por cierto que la Vega de Tomare, que es el corazon de la isla, la vegas del pueblo con que confina y otras muchas de particulares, que en todo es en el Viñon y centro de los mejores con los lugares de Texteina, Guagal, Conil, Masdache, Guaticea, Calderetas y San Bartolome con sus distritos se hallan ya perdidos porque han subido las arenas y las tierras

incapaces de cultivo y labor, los aljibes y maretas sin agua, y perdidas totalmente las cosechas, las casas casi tapiadas, los pajeros quemados, igual estrago tambien se toca en la Geria Baja, la Vega del Chupadero y parte de Uga, que se lleva a otros terrenos, han cubierto no solo las vegas, tierras y lugares expresados, con la imposibilidad de que cada aljibe o mareta pueda coger agua aunque llueva mucho, si tambien todo los montuoso de los ganados mayores y menores, porque por mas culpas hasta los pajaros y conejos con la inmundicia de ratones y otros animalillos andan por encima de otras arenas sin tener de que alimentarse, siendo todo lo insinuado nada en comparacion del dolor que causa el lloro y lamentos de los hombres, mujeres y niños, que se ven arruinados del ingrato elemento, despojados de sus propiedades y expuestos en los campos a la inclemencias de los tiempos con sus personas y sustentos buscando otras incultas.

En ocasion tan incomoda como la presente a boca del infierno en que sin duda seran perdido a la primera lluvia todos los granos que se hallen fuera de pajeros que son los trojes en que los de esta isla los recogen y de los que carecen por los muchos que se han quemado, cuyo motivo el no haber casas en los lugares contiguos a los perdido ni aun en los mas distantes, para acoger gente y grano.

Precisados de la necesidad tan vigente han ocurrido a este Cabildo los desamparados instando sobre que los dejemos salvar para las otras islas y sacar sus granos, a lo que hemos acordado por junta que hicimos el dia quince del corriente, participar a V.S. estos trabajos por medio de aviso que despachamos al Excmo. Sr. Comandante General de estas islas, a quien expresamos los mismos, y los continuos temblores que no cesan en toda la isla. Este Cabildo con muchos que concurren al mismo, hacen de su parte lo posible por alentar a los desanimados con el terror del fuego que subsiste y para consuelo de pueblos, hemos determinado detener los barcos que se hayan anclados, porque esperamos que V.S. con brevedad posible termine para sosiego de alguna inquietud que se ha reconocido que no tome cuerpo mayor.

Cuando el Administrador del Tabaco, la Cruzada y Bulla pretendan extraer diferentes porciones de granos o que intentes preferencias, los incomodados son los que tienen esperanzas. Que V.S. nos apresure sus ordenes, las del Alcalde Mayor y Gobernador de las Armas piden con la misma instancia al Excmo. señor Comandante General. El cielo nos favorezca y guarde a V.S. como este Cabildo desea y ha de menester.

Ciertamente tuvo que ser "impresionante" vivir esas fechas en esta tierra inestable y brutal.

Al visitar el Parque Nacional de Timanfaya debemos de pensar como se vivieron esos momentos, la gente sobresaltada, los animales huyendo despavoridos, las casas y pueblos siendo sepultados para siempre por un rio de lava ardiente...

Jable

  
Paisaje árido totalmente. Azotado por e l viento con a l t a intensidad (hasta 100 km/h) y frecuencia (su--
perior a l 50% en dirección N. y No. a S. y SE.) que arrastran arena de la playa de Famara y cruzando la
isla llegan hasta 100 kilómetros a la hora. Es  paisaje es pleno, lleno y de horizontes lejanos, deshabitado desde siempre
Una de las rutas para conocer y entender este fenómeno del Jable, precisamente se denomina “Ruta del Jable Los primeros pasos entre la iglesia y el Museo el Patio de Tiagua no hacen sospechar la cercana irrupción en uno de los paisajes más particulares de Lanzarote. De apariencia desértica, el camino hacia Soo y Caleta de Famara (hacia el noroeste la primera estación y noreste la segunda) nos mete de lleno en la ruta del jable de origen marino, que ha ocupado buena parte de la superficie de la isla. Este viaje del jable a través de Lanzarote parte desde el Atlántico, al norte de la isla, y la atraviesa por su franja central creando las pobladas playas de Playa Honda y Puerto del Carmen, al sureste de la isla.


A escasos trescientos metros de la entrada al Museo El Patio, encontraremos un desvío claramente identificable que nos guiará durante todo el camino. Desde el inicio, estamos en situación de contemplar la peculiar postal desértica con el risco de Famara como faro del trayecto y la visión de las islas del Archipiélago Chinijo (islotes al norte de Lanzarote) de fiel acompañante. Es por ello que en muchos momentos la ruta puede parecernos un tanto monótona.
Inmersos en el jable, con Tiagua a nuestra espalda, hallaremos múltiples cultivos que salpican las secas hectáreas. ¿Qué serán estas plantitas de amarilla flor? Calabazas. Hermosas calabazas. Aunque pueda parecer una paradoja, el árido escenario fue terreno de siembras de cereales, trigo y centeno, plantación de huertas de tomates, melones, sandías, batatas y las ya comentadas calabazas.


Estas últimas, junto a las batatas, permanecen en la actualidad con muy baja producción. Tropezamos con un veterano agricultor y nos confirma que en efecto: “De aquí (Tiagua) a Soo, batatas, sandías, melones…hoy, los jóvenes tienen su trabajo y unos pocos mantenemos la batatita”. El que fuera motor económico de la isla junto a la pesca, es hoy agricultura de fin de semana: “El campo es muy aperriao“, sentencia el amigo. Una breve, pero completa descripción sobre los modos de cultivo en esta zona y el sacrificado mecanismo de producción, la encuentran en este estupendo texto de Marta Peña Hernández.

El sendero es muy sencillo. Bastante ancho y con un suave firme, aunque el jable poco a poco se va notando en nuestro tren inferior. Hay muchos caminos que se entrecruzan. Para no liarnos, lo mejor resultará caminar en dirección oeste-noreste hasta encontrarnos en la perpendicular del pueblo de Soo, claramente visible desde la salida de Tiagua. Una vez en ese punto, variaremos la dirección, de este a noroeste hasta dar con unos corrales de cabras que nos darán la bienvenida en este apacible rincón lanzaroteño.
Por el camino habremos dejado las batatas y las calabazas, un curioso circuito de motocross y la horrorosa huella de la extracción de áridos destinada a la construcción. Las eternas aulagas, propias de los ambientes más secos de la isla, también nos han dado compañía, al igual que desde el cielo han acompañado nuestros pasos algunas especies de aves como las hubaras y los alcaravanes. El silencio es profundo, propio del pintoresco lugar, clavado a cualquier plató natural de un western de John Wayne.


En Soo podremos retomar fuerzas en las bancadas de la plaza principal o en el bar La entrada. Hemos cubierto la primera parte del sendero, seis kilómetros. Nos quedan otros ocho, los que separan Soo de Caleta de Famara. En dirección oeste-este saldremos de Soo por el lado izquierdo de la carretera. Asocados por el pico Colorado y la caldera Trasera de este pueblo, encontraremos a unos 500 metros la vereda que nos situará nuevamente en plena ruta del jable. Bordearemos caldera Trasera y Montaña Juan Hierro en dirección norte.
Desde este punto, dependiendo del día eso sí, podremos presenciar en todo su esplendor las islas de Montaña Clara, roque del Oeste y La Graciosa donde destaca de esta última Montaña Amarilla.

Continuaremos hacia el norte hasta que superemos por su cara norte otra pequeña cota montañosa, montaña Chica, donde variaremos la ruta para dirigirnos al pueblo de Famara.


A medida que nos aproximamos a este núcleo, la majestuosidad del risco de su playa combinada con la estampa de las islas de Chinijo explican esa ruta que estamos a punto de terminar.

Desde la cara norte del océano Atlántico que baña Lanzarote, entra con puntualidad suiza cada día y a todas horas esa arena marina que hemos denominado jable.

De aquí riega toda la franja central de la isla y puebla las calas marítimas del sureste como son Playa Honda y Puerto del Carmen.


A unos pocos kilómetros al oeste de Famara aparece el campamento de playa San Juan. En pleno julio, temporada en la que se cubrió este trayecto, los campistas asedian este reducto de paz y tranquilidad. Sorprende la estupenda organización de cada estación campista. Parecen auténticas casas, segundas residencias, vaya, con antenas de televisión incluidas, a dos metros del agua y con unas vistas magníficas.
En Famara, después de tres horas y media de pateo aproximado, seguimos caminando sobre jable. Es el único pueblo de Lanzarote que ha mantenido su red de carreteras en este estado. Hay movimiento en Caleta, no en vano, es uno de los puntos más visitados por su espectacular y kilométrica playa al resguardo de su no menos impactante risco.


CÓMO ABORDARLO: Dejar un vehículo en la iglesia de Tiagua y otro en la playa que escojamos para darnos un chapuzón en Caleta de Famara. DISTANCIA: 14 kilómetros. DIFICULTAD: Baja. DURACIÓN: Entre tres y media y cuatro horas. A TENER EN CUENTA: Llevar ropa y calzado adecuado. Agua. Alguna chocolatina y bollería. Gorra y crema solar. PARA DESPUÉS DEL PATEO: Baño en la playa de San Juan o en la kilométrica de Famara o almorzar buen pescado en Caleta de Famara.

Isla de Lobos



La Isla de Lobos es un bálsamo de naturaleza fuera de toda urbanización, es  un paisaje único a sólo dos kilómetros de Fuerteventura, dentro del área de Islas Canarias, en España, … aquí se halla un lugar único, casi virgen, una isla protegida desde hace más de dos décadas denominada Isla de Lobos.

Esta isla forma parte de lo que se conoce como Parque Natural de Las Dunas de Corralejo, el cual está bajo la órbita administrativa del municipio de La Oliva (sector que ocupa el norte de Fuerteventura).




La Isla de Lobos se localiza, en específico, entre las Islas de Fuerteventura y Lanzarote. Este Islote tiene una extensión de poco más de 4 kilómetros y medio. Sus tierras emergen a la superficie desde el Estrecho de la Bocaina y sus costas son bañadas por las aguas del Océano Atlántico.


En el Parque Natural de Las Dunas de Corralejo se puede tener una oportunidad casi única en tierra española: contemplar un desierto.

Quienes han visitado estos territorios aseguran que la arena es tan fina y volátil que nada tiene que envidiarle al desierto del Sáhara, el cual, en verdad, está ubicado tan sólo a 100 kilómetros de allí (claro, nada es casual).




Por kilómetros y kilómetros se pueden divisar allí dunas y dunas moldeadas por vientos secos y cálidos que han hecho su labor sibilante durante siglos y siglos para dar lugar a una de las imágenes más hermosas de esta zona, paisaje que despierta la admiración por la tonalidades clara de su arena contrastante con el azul profundo del cielo y la trnsparencia del mar que día tras día acaricia sus costas.


Estas arenas son de origen orgánico: se han formado con restos de conchas de animales marinos que la corriente ha depositado en la costa norte de Fuerteventura, a ello se debe su color predominantemente blanco.




Este Parque, junto con la Isla de Lobos, ocupa una franja de ocho kilómetros de largo y tres de ancho y, como se dijo precedentemente, fue nombrado por el Gobierno Autónomo Parque Natural en 1994 y desde ese entonces se encuentra dentro de un territorio protegido con lo cual se busca preservar su diversidad y riqueza geológica y biológica.


La Isla de Lobos es un punto que nadie que se haya decidido a buscar alojamiento en Fuerteventura debería perderse: es que constituye un paisaje muy particular que fusiona su extensión de arenas y dunas móviles y fósiles, con un mar que conforma las mejores playas en las que se pueda estar.

Es que esta zona está protegida y exenta de cualquier desarrollo urbano: en sus kilómetros de extensión se pueden encontrar playas solitarias y paradisíacas para disfrutar sin la presencia de nadie más que de uno mismo o de alguna grata compañía. Una de estas playas recomendadas -y autorizadas- es la de La Caleta.

La forma más popular de llegar a esta Isla es tomando, desde el Puerto de Corralejo, una de las embarcaciones que cruza el Río -brazo de agua de 2 km- y desde donde ya será posible observar las hermosas vistas del lugar.
Una vez llegado al islote, uno se encuentra con una serie de senderos habilitados para recorrer y conocer este bello paisaje que conjuga calderas volcánicas, coladas, pequeñas, zonas húmedas, antiguas salinas y, como se dijo, hermosas playas de arena blanca.


Dentro de este recorrido estipulado –sólo está permitido transitar por las zonas autorizadas- se pueden admirar: sobre la costa norte, los edificios volcánicos, Los Hornitos, el Jable de la Cocina, el Malpais del Interior o la Hoya de las Lagunitas. Hacia el otro lado, se halla la zona de pequeñas calas como la caleta del Vino y la cala de la Madera. El sector más elevado sobre el nivel del mar es la montaña La Caldera, de 127 m. y de origen volcánico.
La Isla de Lobos debe su nombre a la cantidad de lobos marinos (también llamados focas monje) que convivían allí. Cuando fue descubierta por los habitantes del archipiélago, allá por el siglo XV, los lobos marinos eran dueños y señores del lugar, pero, precisamente, con la llegada del hombre y el transcurso del tiempo, estos animales fueron objeto de caza por marineros y pescadores, quiénes veían en ellos una fuente de alimento, grasa y pieles. El hecho es que, lamentablemente, esta especie se extinguió en la Isla y su única presencia, en la actualidad, es de orden nominal: sólo han quedado en el nombre.


Otra de las características de la Isla de Lobos es que, a pesar de ser zona desértica y con visos volcánicos, alberga en su interior una gran cantidad de hábitats: existen más de 130 especies vegetales, entre las que destacan La Siempreviva – endémica de la isla-, o La Uvilla de Mar o el Caletón Blanco, especie muy atractiva por su forma y colores, entre otros varios géneros.


Asimismo, las aves son otra de las grandes protagonistas de esta Isla: se pueden ver una gran variedad de aves marinas que, por lo general, hacen sus nidos en los acantilados y roques. Entre estas especies resaltan la pardela cenicienta, la pardela chica y la gaviota argentea. También se pueden encontrar el paiño común, el petrel de Bulwer, la gaviota patiamarilla, entre otra gran cantidad.
Además de aves se puede divisar en sus aguas una gran diversidad de peces, abundan: viejas, barracudas, sargos y rayas. Por toda esta riqueza ecológica es precisamente por la cual el lugar ha sido determinado como zona protegida. Además, ha sido declarado como zona de especial protección para las aves (ZEPA).


Con respecto a los aspectos históricos de la Isla, su edad se calcula entre los 6.000 y 8.000 años. Hasta 1968 los únicos habitantes de este islote eran el farero y su familia: bajo quiénes estaba la responsabilidad del Faro Martiño, localizado al norte y punto de referencia para este lugar, lugar que, como se dijo, está libre de humanos estables, sólo es visitado de forma regular por turistas, curiosos, pescadores o por los comandantes de los pequeños barcos. En La Isla de Lobos, los únicos habitantes estables son de otra índole: aves, árboles, peces y arenas.


Para que sepas: se puede pedir autorización a la oficina de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura para acampar aquí, por un máximo de tres noches (claro, en el lugar en el cual está permitido, “La carpintería”). Ten por seguro que será una experiencia muy relajante, natural e inolvidable que te transportará a un estado pocas veces vivido.

Guatiza


En los primeros años del 1600 nace Guatiza sobre un mamelón achatado que cae exactamente sobre La Vega, famosa ésta por ser rica en garbanzas, blandas y sabrosas como las papa de la tierra


El ejemplo de la vega de Guatiza (Lanzarote, Archipiélago Canario) ilustra uno de los últimos reductos del cultivo de la cochinilla en España.

Este parásito de las tuneras fue utilizado hasta épocas recientes para extraer tinte vegetal, pero hoy se encuentra en crisis por las dificultades de su comercialización. Se trata de un cultivo artesanal, sabiamente adaptado a unas condiciones climáticas extremas en terrenos volcánicos, que ha dado lugar a un singular paisaje agrícola.


Muchos de los paisajes agrícolas que todavía observamos nacieron en un contexto social y económico diferente al actual. Hoy tienen enormes dificultades para garantizar su futuro, porque han dejado de ser económicamente rentables.

Sin embargo son la expresión de una cultura colectiva, de sabiduría acumulada durante años, que les ha permitido  relacionarse con el medio, extraer recursos e incorporar al paisaje componentes muy especiales, tanto intangibles como tangibles.

Entre ellos, destacan los siguientes: la memoria del agua, el trabajo de la tierra, las técnicas de cultivo, el orden de muros y bancales, la organización de caminos, o la distribución de las viviendas, entre otros.

El cultivo de la cochinilla que todavía se realiza en la isla de Lanzarote (Archipiélago Canario), es un buen ejemplo de  todo ello. Representa una de las pervivencias más singulares de este tipo de cultivo en el ámbito de la Unión Europea y, si atendemos a su extensión, también de Canarias, donde hoy  prácticamente ha desaparecido.


El paisaje que nos encontramos en Guatiza es singular, misterioso. El origen volcánico de la isla configura su geografía. El cielo es de un azul intenso, las nubes, el mar, la escarpada costa, las montañas y volcanes, sus casas blancas, hacen de Guatiza un lugar para conocer.Situada en un gran llano, Guatiza está rodeada de montañas y volcanes.

Al oeste del pueblo existe una secuencia de montañas que prácticamente finalizan al norte de la isla, en el Volcán de la Corona (Haría).


Como en otros pueblos, el agricultor de Guatiza ha modificado el terreno para adaptarlo a sus necesidades, del tal manera que grandes extensiones de malpaís han sido preparadas para el cultivo. Los terrenos son enarenados con una fina capa de rofe (ceniza volcánica).

Éste ofrece una excelente protección a la tierra manteniendo la humedad.


El contraste del rofe con las tierras rojas, hacen aún más característico el paisaje. A menudo encontramos agujeros perforando estas escarpadas capas, en busca de la tierra fértil y la humedad, a la vez que protegen a los cultivos del viento.


El paisaje agrario está cubierto, en buena parte, de tuneras. En ellas se cultiva la cochinilla, insecto parásito del que, una vez secado al sol y triturado, se extrae el carmín, un excelente colorante utilizado tanto en tintes industriales como en alimentación. Tambien se cultiva la vid, la cebolla, higos y maíz. Para proteger los cultivos contra el viento se levantan muros, en ocasiones uno en semicírculo por planta (vid), o línea recta protegiendo al terreno, configurando un hermoso paisaje.


En Guatiza encontramos pocas especies arbóreas, destacando los eucaliptos que a lo largo de la carretera principal nos acompañan mientras atravesamos el pueblo. No es frecuente encontrar estos árboles en otros lugares de la isla.


Debido a la sequía, el viento y el terreno, la vegetación está compuesta por especies que se han adaptado a vivir en estas duras condiciones, algunas de ellas endémicas.


La costa de Guatiza, situada a tan sólo 1.5 Km del pueblo, está prácticamente cubierta de malpaís, existiendo unas pocas playas. Es frecuente encontrar aquí los bufaderos, zonas en donde el agua ha perforado las rocas varios metros. Con las mareas altas, es un auténtico espectáculo ver como el agua es expulsada por los pequeños huecos horadados en la roca varios metros hacia el aire, a modo de geiser y produciendo un ruido en ocasiones ensordecedor.
Varias características sobresalen en las construcciones tradicionales de Lanzarote que aquí en Guatiza abundan: el color blanco de sus casas, el verde de sus puertas y ventanas (en menor medida el azul), las chimeneas y los hornos semicirculares.


El contraste del paisaje volcánico, predominando los negros y rojos, provoca sobre las casas un efecto especial. Tradicionalmente la casa de Lanzarote tenía un patio de luz interior, en donde se situaba la pila que mantenía fresca el agua y que servía también para mantener frescos  el queso, la leche, la mantequilla, etc. Sus paredes eran gruesas, lo que le permitía mantener la temperatura estable, cálida en invierno y fresca en verano.


Hoy, las instituciones se han volcado en prevervar esta arquitectura, siendo un excelente motor de esta iniciativa el genial César Manrique, artista internacional de conocido prestigio, que hizo de Lanzarote su forma de vida. Si bien la construcción tradicional goza de una excelente salud, es cierto tambien que debido a la especulación, se empiezan a notar síntomas preocupantes en algunas edificaciones más recientes.


Varias características sobresalen en las construcciones tradicionales de Lanzarote: el color blanco de sus casas, el verde de sus puertas y ventanas (en menor medida el azul), las chimeneas y los hornos semicirculares.